Diego Pablo Sevilla, entre los grandes protagonistas de una primera etapa en la que Martón Dina cede tiempo tras una caída

41ª Vuelta a Burgos
Etapa 1: Burgos – Burgos/Cerro del Castillo (162 km)

El madrileño Diego Pablo Sevilla fue uno de los grandes protagonistas de la jornada inaugural de la Vuelta a Burgos 2019. El corredor de San Martín de la Vega formó parte junto a otros cuatro corredores de la escapada que encabezó la prueba prácticamente durante 150 kilómetros. La vertiente negativa de este primer día de competición en carreteras burgalesas vino de la mano de la caída acaecida a ocho kilómetros para el final en la que se vio envuelto el húngaro Márton Dina. Un lance sin consecuencias graves en lo físico que, en lo estrictamente deportivo y en términos de la clasificación, deparó una pérdida de tiempo.

“El viento aportó mucha tensión a esta primera etapa. Fue una pena que en esos últimos kilómetros la caída cogiera a Márton. Rápidamente tanto Juan Camacho como yo nos paramos a esperarle de cara a que perdiera el menor tiempo posible”, explica el manchego Isaac Cantón sobre el traspié protagonizado por el ciclista magiar. Dina cedería 52 segundos en una línea de llegada donde el mejor corredor clasificado entre los corredores del equipo continental de la Fundación Alberto Contador fue Cantón, quien acabó a 47 segundos en la plaza 56. En el loco final del Cerro del Castillo el italiano Giacomo Nizzolo (Dimension Data) lograría la victoria y consecuentemente alcanzaría el primer jersey morado de líder.

Sevilla, el cántabro Jesús Ezquerra (Burgos-BH), el vasco Jokin Aranburu (Fundación Euskadi), el Israelí Roy Goldstein (Israel Cycling Academy) y el ruso Stepan Kuriyanov (Gazprom) conformaron un quinto muy bien avenido que amasó hasta tres minutos y medio de margen sobre un pelotón en el que el Team Ineos, el Androni Giocattoli y el Movistar llevaron la voz cantante. Algunos cambios de ritmo protagonizados por Kuriyanov dentro de los últimos 25 kilómetros, en un terreno sinuoso, nada favorable, descolgaron a Aranburu y reavivaron una escapada que para entonces rodaba con menos de 50 segundos de margen. El propio ruso cedería después, de cara al primer paso por el Alto del Castillo, allí donde se destacó Ezquerra en solitario para ser cazado poco después. A la etapa, para entonces, le quedaban ocho kilómetros. El momento en el que tuvo lugar la caída.

“Me he encontrado bien y me encuentro con ganas de seguir intentándolo”, indica Sevilla. “Estoy muy contento por poder seguir dejándome ver y protagonizar una fuga en una carrera de tanto nivel como ya pude hacer en la Vuelta a la Comunitat Valenciana o en el Giro de Sicilia. Cuando en los últimos 25 kilómetros íbamos relevando muy fuerte podía pasar sin problema, me notaba con fuerza. Al final yo creo que pensábamos todos en hacer algo más en solitario para que se nos viera un poco más. Yo esperé a primer paso por el repecho, primero lo intenté abajo y después arriba, pero en la última curva Ezquerra me pasó por el interior, no me lo esperaba, y me dejó sentado”.

Junto a Cantón llegarían a meta tanto Juan Camacho como el granadino José Antonio García, la baza del equipo para las llegadas en esta Vuelta a Burgos. En unos últimos kilómetros muy tensos, tras un enganchón, el andaluz recibió un golpe en una rueda y sufrió la rotura de un radio. García recibió rápidamente el apoyo de Sevilla, quien le prestó su bici. Pero se quedó sin opciones de meterse más adelante en la llegada.

Márton Dina: “Me encuentro bien, no ha sido nada. Una vez que pude poner la cadena en su sitio, tocaba afrontar una crono de casi diez kilómetros. Al final la pérdida de tiempo fue de 52 segundos.  Estoy contrariado. Me encontraba realmente muy bien. Por supuesto yo no soy un sprinter, pero en una llegada como la de hoy creo que podía haber acabado entre los veinte primeros”.

De cara a este miércoles la prueba castellana afronta una segunda etapa de 155 kilómetros que unirá las poblaciones de Gumiel de Izán y Lerma. La fracción invita a un guion parecido al desarrollado este martes, con una fuga que desafíe un desenlace al sprint en el marco de un terreno quebrado y expuesto a la acción del viento. La llegada, eso sí, tendrá lugar en un pequeño repecho con rampas del 6%, adoquinado y con un pequeño estrechamiento de la vía a falta de 400 metros al paso bajo el Arco de la Cárcel.

? Félix Ordóñez / Vuelta a Burgos