Mario Gómez
Junior

Gran amante del deporte, practicante de varias disciplinas en años previos y especialmente del balompié, el cántabro Mario Gómez comenzó a centrarse en la bicicleta en la antesala de la categoría cadete. “Mi llegada a la bicicleta fue un poco casual. En casa lo que ha mandado más, a nivel de tradición, ha sido el fútbol. Me encanta el fútbol. He jugado muchos años. Un día, un vecino que era miembro de la Peña Ciclista Sprint me dijo que me tenía que ir un día con ellos. Medio en broma, medio en serio, lo cierto es que un día acabé saliendo de ruta. Y la experiencia me fascinó”, recuerda. Comentaba un ciclo vital donde convivían el fútbol y el ciclismo. “Al final lo tenía un poco más enfocado al momento del año: en invierno, más fútbol. Cuando llegaba el final de la primavera y el verano, más ciclismo. Y así estuve hasta hace unos tres años, cuando me centré más en el ciclismo”, explica. Balón, bicicleta… y palas también: durante un tiempo Mario llegó a competir en ping pong. “Durante un par de año hice fútbol y ping pong, lo simultaneaba. Pero mis padres me decían que ya era demasiado… Yo no podía ponerle filtro, me encanta el deporte, pero es cierto que no hay tiempo para todo”, bromea. Mario Gómez se considera un escalador. O al menos disfruta con la carretera mirando hacia el cielo: “De alguna forma es como si desconectas de tu día a día al tiempo que te centras más en lo que tienes a tu alrededor y puedes disfrutarlo de otra forma. Me gusta mucho esa sensación”. El cántabro estudia actualmente primero de bachillerato por la rama de ciencias. “Tengo que ver qué hacer en el futuro, si una carrera o un grado superior, aunque lo que sí tengo más claro es que será algo vinculado al mundo de la informática”, concluye.